En plena Guerra de las Malvinas, pisa suelo argentino al llegar a Luján el Papa Juan Pablo ll.
Nos trae un mensaje de paz y esperanza, no sólo como máxima autoridad de la Iglesia Católica, sino como un peregrino más, devoto de nuestra Santa Madre María.
Su visita aportó razón y paz a tanto sinsentido.
La fuerza de aquel acontecimiento, inmensamente popular, borró ese día toda división. Y hoy es evocada tanto por autoridades actuales, como por trabajadores que protagonizaron aquel histórico día de 1982.